Siempre que me hago un corte cocinando las tiritas no están a mano y me paso un buen rato buscándolas. Las puñeteras tienen la costumbre de esconderse cuando las necesitas...
Pero he encontrado la solución: he cogido una cajita metálica que corría por casa y le he enganchado un imán por detrás. Después he puesto las tiritas dentro y he colocado la cajita en la puerta de la nevera. Ahora siempre tendré las tiritas a mano en la cocina. ¡Hurra!
Pues si, esto empezó con la idea de que fuera una manta, pero al final se quedó en cojín. Cuando vi que solo llevaba la mitad de los cuadraditos hechos y que me quedaba poca lana del azul más oscuro (y poca paciencia, que ya llevaba 2 años haciendo cuadraditos muy intermitentemente...) decidí cambiar de objetivo. Pero ha quedado chulo :)
Como ya os dije, preparé más regalitos para Laia y Anna. Hice una bolsas reversibles para cada una donde puse todos los regalitos:
Para Laia, dentro había ropa supermoderna que le compré (todavía no he atrevo a hacer ropa...)
Para Anna, dentro había unos baberos y un cambiador con toallita a juego que hice yo misma. 
Si queréis hacer vuestros propios baberos, aquí tenéis el patrón. Para las bolsas y el cambiador no tengo patrón: ¡lo hice a ojo!
Hace ya casi un mes (hay que ver como pasa el tiempo) nació mi sobrina Anna. Cuando la fuimos a ver a la clínica les llevamos unos regalitos hechos a mano (¡como no!)
Yo quería llevarle un ramo de flores, pero me da mucha rabia que en la clínica los dejen fuera de la habitación, con lo que le hice uno:
